lunes, 10 de marzo de 2014

Fallo de la Corte de la Haya

El fallo de la Corte de La Haya sobre la delimitación marítima entre Perú y Chile es una sentencia dictada por la Corte Internacional de Justicia el 27 de enero de 2014, mediante la cual se resolvió el caso concerniente a la delimitación marítima entre la República del Perú y la República de Chile, iniciado por aquella el 16 de enero de 2008, y que involucraba un área marítima —y su correspondiente espacio aéreo de aproximadamente 67 139,4 km², de los cuales unos 38 000 km² eran considerados como mar chileno y 28 471,86 km² como alta mar.

Por la sentencia se decidió que el punto de inicio del límite marítimo entre el Perú y Chile es la intersección del paralelo geográfico que cruza el «Hito n.º 1» con la línea de bajamar, y que la frontera marítima sigue el paralelo que pasa sobre el Hito n.º 1 hasta un punto situado 80 millas marinas de distancia, luego continúa en dirección sudoeste sobre una línea equidistante desde las costas de ambos países hasta su intersección con el límite de las 200 millas marinas medidas desde las líneas de base de Chile y, posteriormente, continúa hacia el sur hasta el punto de intersección con el límite de las 200 millas marinas medidas desde las líneas de base de ambos países.

Como contraparte, el fallo ratificó la soberanía y los derechos soberanos de Chile sobre 16 352 km² de mar que ya poseía y explotaba desde hacía décadas, siendo ésta mayormente el área situada a menor distancia a la costa y que, por tanto, corresponde a la más rica en recursos pesqueros del total de aguas en controversia.

Conforme al Derecho internacional, el fallo es obligatorio para las partes, las cuales están comprometidas a cumplirlo, habiendo quedado sometidas a la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia en virtud del Pacto de Bogotá. No obstante, conforme a los procedimientos ante la Corte, existe la posibilidad de presentar recursos de interpretación o revisión.


jueves, 6 de marzo de 2014

PATXI V. FANO


Nacido en Oviedo en 1973, desde los 17 años reside en Málaga, donde contrajo matrimonio con Susana y nacieron sus tres hijos, Judith, Javi y Ángela. Estudió 
magisterio y psicología. En la actualidad, ejerce la docencia en el Colegio María de la O, de la barriada malagueña de Los Asperones, donde desempeña la tarea de director. Pertenece a una comunidad cristiana, “María de Nazaret”, de la Parroquia de Santa María de la Amargura. Su labor pastoral la desarrolla como catequista en la barriada donde está enclavado su colegio, en la que, además, realiza voluntariado de Cáritas. Su manera de expresarse es a través de sus dibujos que, semanalmente, aparecen en el boletín “Diócesis” y en la página web de la Diócesis de Málaga (www.diocesismalaga.es). Colabora también con otras diócesis y realiza carteles para los congresos nacionales de asma. Vive su faceta de dibujante como una vocación y un servicio. Junto al dibujo, su vocación se completa con el servicio a los pobres. En 2011 ha publicado “El álbum de Javi”, un cuento para evitar la exclusión de los menores.



¿Cómo son tus dibujos?

Una vez le dije a un cura que mis dibujos tenían pinta infantil. Me dijo que lo que entienden los niños, lo entienden los adultos. 
Y creo que llevaba razón. No me siento dibujante. Creo que tiene más valor el significado de mis dibujos, a dónde lleva ese significado, que el dibujo en sí. Diría que son dibujos sencillos que transmiten algo profundo, con colorido y vida. Tienen una intención que se ve claramente, por ejemplo, en el uso de los remiendos, la paloma… Nacen de la oración. Forman parte de un proceso de oración personal. Muchas veces me extraño, cuando pasa el tiempo, de que haya podido hacer tal o cual dibujo y que eso se me haya ocurrido a mí. Me siento co-autor, porque sé que esto es un don de Dios.